Por Julio César Clavijo Sierra

El Centro de Investigaciones Religiosas – CIR de Montebello California, Estados Unidos, es una entidad religiosa que promueve la adoración al dios Trino, con lo cual se desvía por completo del conocimiento del Dios verdadero que presenta la Santa Escritura. La Biblia afirma claramente que hay un solo Dios, pero jamás se pronuncia sobre un misterio de personas en la Deidad.

 

Pablo Santoamuro, subdirector del CIR, ha publicado una serie de artículos en los que ataca la sana doctrina apostólica y presenta una caricatura superficial de la Iglesia del nombre de Jesucristo. Dichos artículos están atestados de calumnias, burlas mal intencionadas e información falsa contra los pentecostales apostólicos, en la que se nos llama con todo tipo de sobrenombres despectivos, tales como “Solo Jesús”, “modalistas”, sabelianistas”, “unicitarios”, etc. La gravedad de los errores presentes en esos artículos, pone en duda la integridad y la honradez de esos trabajos.
 
Pablo Santomauro presenta a los pentecostales apostólicos como un pueblo ignorante que es oprimido por sus líderes, argumentando que nuestros líderes ejercen un control tirano sobre la iglesia en general, a fin de mantener un régimen religioso extremadamente severo que produce a la larga personas y familias destrozadas. Después de desinformar por completo a sus lectores, concluye que eso nos convierte en una secta nociva desde todo punto de vista. La calumnia de Pablo Santomauro, no es nada más que una táctica desesperada, motivada por el miedo a que muchas personas consideren de manera cuidadosa la doctrina apostólica y terminen abrazándola.
 
Pablo Santomauro, es un falso testigo contra los pentecostales del nombre de Jesucristo, que con el ardid de sus palabras y expresiones, ha envuelto a sus partidarios en contra de nosotros y de la doctrina bíblica, evadiendo de continuo el tema principal del asunto tratado. Ese es el mensaje lleno de la humareda que ha formado Santomauro y que está llegando a las masas trinitarias, que no se detienen a examinar realmente, si Santomauro está diciéndoles la verdad, o si simplemente lo hace porque él odia a los pentecostales del nombre de Jesús.
 
Los artículos de Pablo Santomauro se caracterizan por tergiversar por completo la doctrina apostólica, cometiendo una y otra vez la falacia del muñeco de paja. Esa falacia consiste en fabricar una imagen débil del oponente, rebatiendo un argumento que es diferente y generalmente más débil que el argumento de la oposición, pensando ingenuamente que atacando y desprestigiando esa posición ficticia, se refuta la posición original del contrincante.
 
También actúa de manera deshonesta, presentando a personas que no forman parte de la Iglesia del Nombre de Jesús como si lo fueran, pero peor aún, presentando a los que sí forman parte del pueblo del nombre, como si ya no lo fueran. Por ejemplo, en el artículo titulado “Contestando Argumentos de los Pentecostales Unicitarios Contra la Doctrina de la Trinidad”, Pablo Santomauro afirma que la finalidad de su trabajo es contestar 26 contradicciones del trinitarismo, que fueron expuestas en forma de preguntas en el capítulo 12 del libro “La Unicidad de Dios”, del escritor pentecostal apostólico David K. Bernard. Sin embargo, antes de proceder a pronunciarse sobre esas preguntas, Pablo Santomauro denigra de David K. Bernard y declara falsamente que el hermano Bernard ya no es miembro de la Iglesia Pentecostal Unida Internacional (una de tantas organizaciones del nombre de Jesús que existen actualmente).
 
Pablo Santomauro expresa de manera atrevida, que cuando los pentecostales del nombre de Jesús rechazamos el dogma de la trinidad, estamos rechazando el mensaje central del Nuevo Testamento. Con eso pasa por alto que jamás, ni en el Nuevo ni en el Antiguo Testamento, la Biblia enseña que Dios sea una trinidad para que uno erróneamente concluya eso. Solamente una mente que haya sido afectada de manera previa por el dogma de la trinidad, procurará justificar esa herejía manipulando algunas porciones de la Escritura.

 

 
En un artículo que tituló “La Deshonestidad Intelectual de los Pentecostales Unicitarios”, dicho hombre pretende socavar la evidencia presentada en el capítulo 1 del Libro Un dios Falso Llamada Trinidad, donde se expone que el dogma trinitario no es parte de la Escritura, sino producto de la imaginación de hombres corruptos que no amaron la verdad. No obstante, son las propias palabras de Pablo Santomauro las que lo presentan como un falso testigo contra la Iglesia del Nombre de Jesús, pues en dicho artículo, dicho hombre:

 

 
1- Acepta que la Santa Escritura no posee una declaración formal relacionada con la Trinidad.

 

 
2- Reconoce que la Escritura no contiene la doctrina formada de la Trinidad

 

 
3- Afirma que el Nuevo Testamento no es suficiente en materia de fe, pues se quedó en una etapa de “infancia embrionaria” en sus declaraciones doctrinales, específicamente con relación a la naturaleza de Dios. (Una declaración absolutamente sectaria que aborrece por completo la verdad bíblica).

 

 
4- Reconoce que el dogma de la trinidad tuvo un desarrollo extrabíblico, en un tiempo post-bíblico, y que la formulación que hoy en día conocemos de este dogma no se encuentra en la Biblia.

 

 
5- promueve la falsa doctrina de la “Sagrada Tradición”, reclamando para las formulaciones post-bíblicas una autoridad igual o superior al Nuevo Testamento, pese a que el concepto o la idea del dogma trinitario no se encuentra en la Biblia, y otras muchas cosas más, que son típicas de las sectas, que se caracterizan por confiar más en las tradiciones humanas que en la Biblia misma.

 

Para ver las citas en las que Pablo Santomauro acepta estas cosas, lea el artículo titulado “La Honestidad Intelectual de los Pentecostales del Nombre de Jesús", dando clic en el siguiente enlace: 
http://unicodios.blogspot.com/2011/05/pablo-santomauro-y-su-falso-testimonio.html

Nota: Diríjase especialmente a la tabla titulada “La Falsa Doctrina de la Sagrada Tradición Como es Enseñada por la “Teología” Trinitaria.

 
Hoy todavía, muchas personas creen en el mito de que la manzana fue el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal que comieron Adán y Eva. Aun cuando ellos leen la porción de la Escritura que nos habla acerca del pecado de Adán y Eva (Génesis 3) – relato que por ningún lado menciona a la manzana – ellos aun siguen viendo y creyendo esa mentira. De igual forma al mito de la manzana, el dogma de la trinidad ha pervertido el pensamiento de muchas personas, para que vean la trinidad donde no existe, condicionándolos para que se imaginen cosas sobre Dios que las Escrituras jamás enseñan.
 
 

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